ahorrar comiendo sano

Llega el verano y se nos acumulan los kilos de más. Nuestros amigos fit nos dan envidia con sus cuerpos perfectos mientras que nosotros no llegamos con el supuesto «cuerpo de verano» que se nos exige. O quizá es tan simple como que nuestra alimentación no nos reporta la suficiente energía que necesitamos. Y es que comer sano y ahorrar parece imposible. Pero, ¿Es de verdad una excusa?

Spoiler: No, el dinero no es una excusa. Y esto es debido a que se nos dice constantemente que lo caro significa la buena calidad. Y si bien esto podría ser cierto en otro país, en España somos privilegiados teniendo acceso a productos de primera calidad a precios más que razonables.

Planifica tus platos

El principal problema a la hora de hacer la cesta de la compra es simplemente ir al súper y comprar lo que te apetezca, sin haber planificado antes tus platos semanales. Esto se traduce en que gran parte de los productos frescos que compras se echarán a perder, y que comprar por inercia lo que más te apetezca en ese momento, pero no lo que más necesita tu nevera o despensa.

Planificar tu compra semanal es crucial. Haz balance de los macronutrientes que necesitas, cuánto género fresco puedes consumir antes de que se eche a perder y qué platos harán una dieta balanceada.

Cocina en grandes cantidades y congela; comer sano y ahorrar

Cocinar en casa debería ser siempre prioritario, aunque sabemos que no todos se lo pueden permitir. No obstante, es muy raro que nadie disponga de un día libre a la semana, y si aprovechas para preparar los platos de toda la semana, tu bolsillo y economía lo agradecerán.

Perder un día cocinando a cambio de ganar seis días en las que tu única obligación a la hora de cocinar sea calentar el plato en el microondas, vale la pena. Por supuesto, esto siempre y cuando no puedas preparar la comida siempre en el mismo día, lo cual siempre será mejor.

Hazte vegetariano o vegano

Una de las excusas económicas para comer sano y no ahorrar es que el pescado y la carne son caros. Y esto, por desgracia, es cierto. Lo bueno es que no tienes por qué comerlos para llevar una dieta sana, aunque sean la primera recomendación por parte de los nutricionistas.

Los movimientos vegetarianos y veganos llevan ya tanto tiempo con nosotros que es sencillo encontrar sustitutos de la carne, pescado y lácteos, y muchas veces más baratos que los productos de origen animal. Prueba esta dieta durante unos meses, quizás acabes adoptándola de manera permanente.

dieta vegana barata
Puede que la dieta vegana o vegetariana sea para ti.

Haz tus compras de temporada y proximidad; comer sano y ahorrar

Aunque hoy en día gracias a la globalización es posible tomar fruta fuera de temporada, es un mal hábito que deberíamos evitar. No sólo nuestro cuerpo no está acostumbrado, si no que el impacto ecológico es mayor, los productos son más caros y nunca saben tan bien.

Intenta comprar siempre productos de proximidad y de temporada. No sólo es una cuestión económica, si no también de salud y medio ambiente.

Evita precocinados siempre

Muchas más veces de las que admitimos, caemos en la trampa de los productos precocinados. Y es que cada vez se nos presentan diferentes variantes, más «sanas», que nos hacen ahorrar 15 minutos en preparar una ensalada, para adquirir una de bote.

Por muy sanos que parezcan, los precocinados no sólo son menos sanos que los alimentos que tú preparas, si no significativamente más caros. Además, la calidad del producto también es superior. ¿De verdad no tienes 5 minutos para cortar y aliñar una ensalada?

Cuidado con lo ecológico y «light»; comer sano y ahorrar

Los productos naturales y sanos atraen. Eso lo saben las compañías, por lo que existen una alta gama de productos light y ecológicos dispuestos a seducirnos a precio de oro. Respecto a lo ecológico, piensa que hay productos que por su naturaleza siempre lo son (pescados que no sean de piscifactoría) pero muchas veces suben su precio sólo por tener la etiqueta.

Y los productos light, además de ser mucho más caros, no son necesariamente más sanos. Tener menos grasa pero añadiendo aditivos no es sinónimo de mayor calidad.

Nunca hagas la compra con hambre

Nunca, nunca, hagas la compra si tienes hambre. Acabarás comprando de manera impulsiva, productos de poca calidad y seguramente más de lo que necesites. Intenta siempre ir al súper con el estómago lleno. Tu cartera te lo agradecerá, y es el requisito básico para comer sano y ahorrar.

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