Dentro de la Seguridad Social, podemos encontrar dos grandes tipos de pensiones: las pensiones contributivas y las pensiones no contributivas. En este post, os explicamos cuáles son las diferencias las pensiones contributivas y no contributivas.

¿Qué son las pensiones contributivas?

La Seguridad Social define en su página web a las pensiones contributivas como unas prestaciones económicas y, generalmente, de duración indefinida cuya concesión está supeditada a una relación jurídica previa con la Seguridad Social y al cumplimiento de varios requisitos.

Dicho de otro modo, se trata de unas ayudas vitalicias que se conceden a aquellos ciudadanos que hayan estado afiliados a la Seguridad Social y tengan una cotización mínima, fijada en quince años.

La cuantía de las pensiones contributivas depende de las aportaciones que el trabajador haya realizado a la Seguridad Social y de sus años de cotización. Bajo este paraguas, se recogen los siguientes tipos de prestaciones:

  • Pensión de jubilación: se incluyen tanto la ordinaria como las anticipadas.
  • Pensión de incapacidad permanente: se incluyen la total, la absoluta y la de gran invalidez.
  • Pensión por muerte y supervivencia: se incluyen las de orfandad, viudedad y en favor de familiares.

Estas prestaciones están centralizadas, por lo que las gestiona la Seguridad Social, de cuyos fondos reciben su financiación. En este 2022, su cuantía máxima es de 39.474 euros anuales, abonados en 14 pagas (alrededor de 2.819 euros mensuales), y aproximadamente 8,9 millones de personas son beneficiarios de ellas.

¿Qué son las pensiones no contributivas?

Las pensiones no contributivas son prestaciones económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos que se encuentren en una situación de necesidad protegible y carezcan de los recursos suficientes para su subsistencia.

Estas ayudas están destinadas a aquellas personas necesitadas que no cumplen con los requisitos mínimos de cotización para acceder a las pensiones contributivas. Es decir: pueden solicitarlas tanto aquellos que no han cotizado nunca como aquellos que no han alcanzado el mínimo de quince años exigido en las contributivas, siempre y cuando se encuentren en una situación de necesidad.

En términos monetarios, se considera que se encuentran en una situación de necesidad todos aquellos ciudadanos que viven con menos de 5.899,60 euros al año. No obstante, si el solicitante vive con otros convivientes con los que exista una relación conyugal o de consanguinidad de segundo grado, se tendrá también en cuenta la suma de las rentas o ingresos anuales de todos los miembros de su unidad económica.

Las pensiones no contributivas están gestionadas por los órganos competentes de cada Comunidad Autónoma o, en el caso de Ceuta y Melilla, por las Direcciones provinciales del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), y obtienen sus fondos de los Presupuestos Generales del Estado. Con estas ayudas, se protege a los ciudadanos que se encuentren en solo dos situaciones:

  • De jubilación.
  • De invalidez.

En este 2022, la cuantía máxima de estas prestaciones es de 5.899,60 euros, lo que es lo mismo: 421,406 euros al mes. Actualmente, se calcula que en nuestro país reciben estas prestaciones unas 452.000 personas.

¿En qué se diferencian?

A pesar de que tanto las pensiones contributivas como las no contributivas tienen el objetivo de proteger a los ciudadanos cuando se encuentren en una situación de necesidad o sufran un imprevisto que reduzca sus ingresos, entre ambas prestaciones existen importantes diferencias que conviene conocer si queremos solicitarlas.

  1. Requisitos: las contributivas tienen como requisito básico que se hayan cotizado un mínimo de quince años. Las no contributivas, que los solicitantes se encuentren en una situación de necesidad, traducida a vivir con menos de 5.899,60 euros al año.
  2. Cuantía: la cuantía de las pensiones contributivas se calcula por los años cotizados y puede alcanzar un máximo de 39.474 euros anuales. La de las no contributivas, en cambio, depende de las rentas y se queda en un máximo de 5.899,60 euros al año.
  3. Tipos: las pensiones contributivas incluyen las pensiones de jubilación (ordinaria y anticipada), incapacidad (total, absoluta y de gran invalidez) y de muerte y supervivencia (viudedad, orfandad y en favor de familiares). Las pensiones no contributivas solo incluyen prestaciones por jubilación e incapacidad.
  4. Gestión: la gestión de las pensiones contributivas depende de la Seguridad Social. La de las no contributivas, por su parte, depende de los organismos oficiales de las Comunidades Autónomas.
  5. Financiación: las pensiones contributivas reciben su financiación de los fondos de la Seguridad Social, mientras que las no contributivas las obtienen de los Presupuestos Generales del Estado.
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