la crisis que viene

Hace tiempo que dejó de ser una elucubración o secreto a voces. Se avecina una crisis, más allá de la sanitaria, si es que no estamos ya en ella. Las medidas del gobierno y las diferentes ayudas han llegado a un límite. Y muchos dicen que esta será peor que la del 2008. Lo bueno es que ahora lo sabemos, así que es momento de prepararse para la crisis.

La crisis que se avecina

Lo más evidente y lo que ha afectado a todos los países, han sido los meses de inactividad productiva. Muchos negocios han tenido que cerrar, y esto ha destruido puestos de empleo. Esto ha aumentado el número de deudas e impagos, forzando a muchos españoles a tomar préstamos personales para capear la crisis. Además, el Estado ha tenido que invertir de sus arcas en ERTES y demás ayudas para evitar la destrucción del sistema económico, y estos gastos tendremos que pagarlo en algún momento. Por eso hay que prepararse para la crisis.

Esta crisis también ha evidenciado que España depende demasiado del turismo. Comunidades como Canarias o Baleares, donde los rebrotes fácilmente podrían ser controlados por su insularidad, se han visto obligadas a abrir fronteras al turismo extranjero, incluso implantando seguros a los visitantes que cubrirían posibles percances médicos debido a la pandemia, sencillamente porque sería una catástrofe económica. Estas comunidades dependen fuertemente del turismo, y condenarles a la pobreza sería más cruel que a la posibilidad de un rebrote.

La crisis que viene puede ser peor que la de 2008

Consejos para prepararse para la crisis

Como decimos, aunque muchos auguren que será una crisis peor que la de 2008, al menos en duración, esta vez, como mínimo, estamos avisados. Por ello, podemos tomar ciertas precauciones.

  • No es momento de inversiones arriesgadas. En momentos de incertidumbre, las promesas de dinero rápido se multiplican. Todos conocen la inversión que, según sus conocimientos basados en testimonios de internet, les hará ricos. No hay más que ver la volatilidad de las criptomonedas estos meses. No es el momento de invertir en bienes volátiles. A no ser que tengas un excedente económico o buenos conocimientos, es una jugada poco sabia.
  • Liquida tus deudas. Si la nueva normalidad te ha permitido volver a tu trabajo o negocio, es momento de liquidar las deudas que tengas pendientes. Esta tregua veraniega debería servirnos para darnos un respiro, así que si tus vacaciones han de esperar para pagar facturas atrasadas, hazlo. Valora si te sale a cuenta pedir una reunificación de deudas si es necesario y crees que puedes pagarla.
  • Asegura tus ingresos. Si trabajas por cuenta ajena, no es momento de probar con otros trabajos si tu empresa está capeando la crisis. Si eres emprendedor, asegura que tu negocio puede adaptarse a la nueva normalidad. Y si ves que hay más futuro en algún sector menos afectado, como las empresas online, prueba el cambio.
  • Nada de lujos. Aunque parezca obvio, hay lujos que pueden esperar. Una boda, un coche nuevo o un viaje puede que no sean tan necesarios ahora mismo. Asegúrate de que estás asentado a la nueva normalidad y tienes un colchón antes de gastar tu dinero en caprichos.

Recuerda, de todas maneras, que vivimos una situación sin precedentes. Intenta acomodarte lo mejor posible, pero no te castigues. Durante muchos años hemos olvidado lo que es la incertidumbre. Y debemos a volver a aprender a vivir con ella.

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