Los tipos de gastos son las diferentes categorías en las cuales podemos dividir las remesas económicas que se destinan a sus diferentes usos. Estos tipos de gastos pueden ser familiares y/o personales, tanto como asociados a una actividad económica, y pueden reportar beneficios a largo plazo a nivel económico o simplemente personal. Para mantener una estabilidad financiera, es necesario localizarlos y controlarlos.
Tipos de gastos personales
Cuando hablamos de gastos personales, hemos de tener en cuenta que hablamos de los gastos tanto de una persona que viva sola, como de una pareja o una familia. Y es que aún la pareja más independiente empezará a considerarse un único sujeto económico desde que decidan vivir juntos, precisamente por contraer ambos la responsabilidad de la deuda que producen los gastos de una convivencia.
Aunque cada pareja o núcleo familiar es diverso, y existen desde aquellos modelos más tradicionales donde se dividen gastos de forma equivalente, a otros donde sólo un sujeto los acarrea a cualquier tipo de repartición de gastos, en general estos son los tipos de gastos más comunes para los sujetos físicos o unidades familiares.
Vivienda. Aunque en unos pocos casos, como quien ha heredado una vivienda, es un gasto que se puede evitar, lo normal es que estemos pagando o bien un alquiler o una hipoteca. Éste es uno de los gastos que más inversión requerirá por nuestra parte.
Suministros. Un gran gasto, al menos en España, pero también vital. Desde primeras necesidades como agua y electricidad, hasta otras un poco más secundarias pero sin las que es difícil vivir, como línea telefónica o calefacción.
Alimentación. Otro básico y el único gasto que no podremos suprimir. Aunque es posible recortar en este gasto, no debería de ser nuestra prioridad.
Gastos fiscales. Aunque el IVA, el impuesto indirecto, no lo consideraremos dentro de éste tipo de gastos, y si cumplimos nuestras obligaciones tributarias al dedillo no deberíamos ni enterarnos, es posible que con las declaraciones de hacienda o por circunstancias excepcionales como herencias, nuestro deber tributario se convierta en un gasto que tengamos que planear.
Gastos de bienestar. Sanidad privada, fisioterapia, gimnasio, dietista… hablamos de un tipo de gasto que muchas veces no podemos ni permitirnos, pero que deberíamos diferenciar de los gastos de ocio a la hora de priorizar, ya que será mejor gastar 60 euros en nuestro dentista que en una noche de copas.
Gastos de Ocio. Cualquier gasto destinado a nuestra diversión, entretenimiento o pasiones se considera gastos de ocio. Salir a cenar, de copas, ir a un concierto, comprar una consola… este tipo de gastos debería ser nuestra última prioridad, pero incluso los más frugales deberán gastar algo, ya que repercutirá en nuestra salud mental.
Gastos fijos en una empresa
Cuando hablamos de una empresa o actividad económica, los gastos se dividen más bien por su periodicidad. Esto es debido a que todo gasto en una actividad económica tiene como destino generar más ingresos, ya sea mediante inversión o el mero mantenimiento de la actividad. Una empresa no tendrá gastos de ocio o bienestar, por ejemplo, si no que cualquier gasto tiene como objetivo una mayor rentabilidad, aunque sea de manera indirecta, como invertir en el bienestar de sus trabajadores.
Los gastos por periodicidad de una empresa son los siguientes:
Gastos de tipo fijo: Son el tipo de gastos que, al menos en un periodo anual, son fijos y nunca variarán en cuantía. Esto va desde el alquiler de los locales, a los salarios de una plantilla fija, pasando por costes de mantenimiento fijos.
Gastos de tipo variable: Son gastos que esperamos que ocurran y con una periodicidad constante, pero cuya cuantía puede variar. Por ejemplo, el consumo eléctrico o las obligaciones tributarias son gastos que siempre estarán presentes, pero dependerá de muchos factores la cuantía destinada.
Gastos que extraordinarios: Se trata de gastos inesperados de los que no contamos, pero tenemos que estar preparados que ocurran. Por ejemplo, la avería de cualquier elemento necesario para la actividad económica, costes legales o emergencias médicas en el lugar de trabajo.
Gastos de tipo flexibles: A medio caballo entre el gasto de tipo extraordinario y el variable, son aquellos que podemos prever que sucederán, pero no sabemos exactamente cuándo. Esto puede incluir el recambio de piezas de maquinaria o la adquisición de nuevo material fotográfico.
Gastos de tipo hormiga: Se trata de pequeños gastos que pueden pasar desapercibidos, pero que cuando se acumulan, pueden acabar siendo una gran partida. Por ejemplo, el invitar a los empleados diariamente a comer, usar el presupuesto de la empresa para pequeñas compras personales, etc.
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